En Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM) presentó el informe “Crecimiento sin Desarrollo. Economía postpandemia y calidad de vida en Nicaragua 2022–2023” en el que se pone en evidencia el crecimiento sin desarrollo y la desaceleración económica que experimenta el país bajo un régimen autoritario y una crisis sociopolítica que se ha prolongado por más de 5 años.
CETCAM destaca la importancia de ver a Nicaragua como parte del panorama de Centroamérica, cuya economía en general desaceleró su ritmo de crecimiento en 2022 y las perspectivas para 2023 no resultan alentadoras. En general, “las previsiones para el istmo centroamericano son de desaceleración económica en un entorno de incertidumbre debido al autoritarismo político creciente en la región que amenaza las oportunidades de crecimiento, progreso y desarrollo económico, humano y sostenible”, explica el centro de pensamiento.
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Resultado de lo anterior, es la estimación de que Nicaragua y El Salvador serán las economías con menor crecimiento en 2023 y, Panamá la de mayor ritmo de expansión.
El crecimiento económico no asegura el bienestar de los nicaragüenses
Según indica CETCAM en el informe, Nicaragua ha crecido, pero no se ha desarrollado, esto gracias a que la riqueza está concentrada por élites políticas, empresariales y financieras, mientras la clase media es asfixiada y una población numerosa se mantiene en vulnerabilidad económica y social.
“Bajo la autocracia sandinista, los grandes consorcios empresariales e industriales continuaron lucrándose del régimen de exenciones y exoneraciones, mientras la clase media es asfixiada y una población numerosa se mantiene en vulnerabilidad económica y social, el sistema económico se torna irremediablemente inestable y sensible a las perturbaciones sociopolíticas”, detalla el informe.
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Destaca que el país “se encuentra en un estado de crecimiento sin desarrollo, con la particularidad de que su ritmo de crecimiento se ha desacelerado por 2 períodos consecutivos por debajo de su media observada antes de 2018 y se espera que en 2024 siga desacelerado en una ratio cercana a la actual”.
Deterioro de la economía es sostenido por la población migrante
Los grandes desequilibrios del mercado laboral nicaragüense provocan un efecto expulsión del talento humano y la mano obra nacional al no ser absorbida por la demanda de trabajo, según las estadísticas oficiales 3 de cada 4 personas ocupadas laboran en Nicaragua en el mercado informal.
Para aportar a la mejor calidad de vida las personas migrantes envían remesas para sostener un determinado nivel de consumo a sus familias ya que, de acuerdo con el informe, “los precios de los productos de la canasta básica, valorada a abril de 2023 en C$19,234.15, equivalente a US$528.69, van en ascenso mientra los ingresos reales de los nicaragüeses en descenso”.
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En 2022 el flujo de remesas tuvo uno de los repuntes más extraordinarios al llegar a la cifra récord de US$3,224.9 millones, “lo que refleja que el migrante sostiene una quinta parte de la economía nacional”, detalla CETCAM. “La crisis sociopolítica y de derechos humanos, sumado a una economía sin desarrollo, han herido sensiblemente el tejido social, dando lugar a hemorragia social que hasta el momento no sana”, concluye el estudio.