La libertad académica y el derecho a la educación en Nicaragua han estado bajo un asalto sistemático por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo; paralelamente, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) se encuentra en un momento de impasse político, con su funcionamiento ralentizado y su objetivo integracionista amenazado por las tendencias autoritarias que se han instalado en varios países de la región, según el boletín de análisis político, Perspectivas del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).
En Nicaragua, desde el estallido de las protestas en 2018, el gobierno ha empleado una férrea represión contra estudiantes y docentes universitarios, atacando violentamente los recintos de universidades públicas y privadas. «Cuando los estudiantes se sublevaron, el régimen empleó los niveles más altos de violencia para reprimirlos», denuncia el reciente informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN).
Lea también: CETCAM: El acelerado control de las universidades apunta a un modelo de adoctrinamiento
Desde finales de 2021, la ofensiva se ha intensificado aún más. La dictadura ha disuelto y confiscado más de 37 universidades privadas, tanto nacionales como extranjeras, incluyendo la centenaria Universidad Centroamericana (UCA) y la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).
«Los principales afectados son los estudiantes y las futuras generaciones de universitarios. Se estima que la cantidad de universitarios afectados asciende a más de 37,000 estudiantes», lamenta Claudia Paz y Paz, directora de CEJIL.
Además, «numerosos docentes han sido forzados a exiliarse, varios de ellos han sido despojados de su nacionalidad, algunos apresados de manera arbitraria», denuncia CETCAM.
Más: Escalada de represión en Nicaragua y crisis política en Honduras
El Impasse Político del SICA
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) se encuentra en un momento que puede considerarse como impasse político, ya que “aunque formalmente sigue funcionando y varios de sus órganos como la Secretaría de Integración Económica (SIECA), son eficientes; lo cierto es que las nuevas realidades sociales y económicas de la región, así como las tendencias autoritarias que se han instalado en varios países han ralentizado su funcionamiento y lo distancian de su objetivo integracionista orientado a hacer de Centroamérica una región de paz, libertad, democracia y desarrollo», señala Perspectivas.
Puede interesarle: Los autoritarismos en Centroamérica, promueven la persecución penal ilegítima
La Secretaría General del SICA se encuentra acéfala desde que el gobierno de Nicaragua presionó para que el secretario general, Werner Vargas, renunciara a su cargo. Además, «hay potencias extranjeras presionando al sistema, como Rusia que desde hace varios años desea incorporarse al SICA como observador y no ha logrado concitar el consenso de los países miembros a pesar de la insistencia de Nicaragua; también está el caso de China, que ha establecido relaciones bilaterales con varios gobiernos y quiere que Taiwán sea retirado como observador dentro de la instancia regional», agrega el análisis político de CETCAM.