Según el más reciente boletín Perspectiva 178 del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua ha adoptado una política de «autoaislamiento selectivo» para aliarse a regímenes autocráticos, mientras que en el resto de Centroamérica las tendencias autoritarias afectan muy particularmente a las mujeres reforzando las históricas estructuras de dominación.
El informe destaca que, mientras la dictadura nicaragüense cierra puertas a organismos internacionales de derechos humanos, ha fortalecido sus alianzas con regímenes autocráticos como China, Rusia, Irán, Corea del Norte y Venezuela. Esta estrategia busca contrarrestar las sanciones y presiones de la comunidad internacional democrática.
“Lo que Ortega busca es minimizar las consecuencias del aislamiento y las sanciones que le han impuesto los gobiernos democráticos”, detalla el boletín.
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Países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y la Unión Europea han impuesto sanciones económicas y migratorias a individuos, empresas e instituciones vinculadas con la represión y corrupción en Nicaragua y, aunque el régimen ha intentado evadir estas sanciones.
“A pesar de los intentos de evasión de las sanciones, sus efectos se acumulan en el tiempo desgastando a los sancionados, elevando sus costos de transacción, limitando su movilidad y dificultando la realización de nuevos negocios”, explica el centro.
Nuevos autoritarismos centroamericanos y sus efectos en la vida de las mujeres
Las tendencias autoritarias que se afianzan en Centroamérica afectan particularmente a las mujeres, según el CETCAM que advierte que estos regímenes refuerzan las estructuras históricas de dominación, alimentan enfoques conservadores sobre el papel de las mujeres en la sociedad y las colocan en situación de desprotección frente a múltiples formas de violencia.
De acuerdo al análisis, “aunque el problema de los nuevos autoritarismos se asocia más al ámbito de lo político, lo cierto es que las mujeres experimentan sus consecuencias en primer lugar porque este tipo de regímenes descansan, y refuerzan, las históricas estructuras de dominación que pretenden subordinar a las mujeres”.
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El estudio también revela que la violencia política estatal ha identificado como blanco a mujeres defensoras de derechos humanos, activistas, periodistas y fiscales, quienes son objeto de vigilancia, intimidaciones y persecución por su labor.
A pesar de este contexto adverso, el CETCAM subraya que las mujeres centroamericanas continúan trabajando activamente por el restablecimiento de la democracia en la región, la prevención de la violencia y la protección de las víctimas, representando una «fuerza vital para el futuro de Centroamérica».
Lee perspectivas en este enlace: https://www.cetcam.org/publicacion/boletin-perspectivas-178/