En Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM) presentó su más reciente informe Perspectivas 175 en el que analiza las formas que tiene los nuevos autoritarismos en Centroamérica para promover sus proyectos políticos y, aborda los diferentes mecanismos de persecución contra los disidentes del régimen Ortega – Murillo en Nicaragua.
Para CETCAM los llamados “nuevos autoritarismos en Centroamérica” no son más que los remanentes del autoritarismo del siglo XX revestido de nuevo ropajes, estos “utilizan las formalidades de la democracia y las nuevas tecnologías de la comunicación para promoverse como proyectos políticos. A pesar de que en sus formas parecieran respetar los principios democráticos, en la práctica y en la medida en que se acomodan en las estructuras estatales van revelando su verdadera esencia”.
“El patrón principal consiste en el reforzamiento de los presidencialismos con la concentración de poder en los ejecutivos, la aplicación de políticas clientelistas y populistas, el uso de las tecnologías de la comunicación y las redes sociales para resaltar las figuras presidenciales, así como sus proyectos de continuidad”, destaca.
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La corrupción: metástasis de un cáncer agresivo
Según indica CETCAM en su informe, a corrupción se ha convertido en un mal endémico en todos los países de la región. De acuerdo con la medición más reciente del índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, prácticamente todos los países de Centroamérica se ubican en posiciones desfavorables y dos de ellos, Honduras y Nicaragua, incluso han retrocedido.
“Más allá de los índices hay casos conocidos públicamente durante los últimos años que permiten concluir que este mal se ha extendido como un cáncer que hace metástasis y se aloja en órganos vitales. Uno de los casos más reveladores es el del ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, en el que se aprecia la conjunción entre estructuras de poder, corrupción al más alto nivel del Estado y crimen organizado”, detalla el informe.
Menciona con detalle que Nicaragua es otro caso crítico por la centralización de poder en las figuras de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la que ha abierto una enorme discrecionalidad en la toma de decisiones. Así mismo, en El Salvador la corrupción ha sido una constante en los gobiernos anteriores y el actual; por otro lado, en Guatemala los niveles de corrupción son bien conocidos y están cimentados en lo que se conoce como el “pacto de corruptos”. Y, por su parte, Costa Rica y Panamá tampoco se libran de este cáncer. Varios expresidentes han sido mencionados en investigaciones y procesos judiciales para dilucidar casos de corrupción al más alto nivel.
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Destierro y desnacionalización en Nicaragua
El informe Perspectivas consigna que Nicaragua el régimen Ortega – Murillo además de cometer crímenes de lesa humanidad, están utilizando métodos excepcionales de “castigo” a quienes consideran enemigos.
“No les ha bastado con perseguir a decenas de miles de nicaragüenses para que se desplacen de manera forzada durante los últimos cinco años, sino que desde 2022 y particularmente desde febrero de 2023 comenzó a imponer el destierro y la desnacionalización a un grupo importante de personas”, menciona el centro de pensamiento.
Agrega que “el destierro y la desnacionalización es una modalidad de represión que ha sido rechazada por numerosos países y de acuerdo con expertos constituye una violación gravísima de derechos humanos que no es empleada por otros gobiernos autocráticos en el mundo”.