“Hablar de juventudes y mujeres es indispensable para el desarrollo de Centroamérica”, Elvira Cuadra

Escrito por COMUNICACION@CETCAM.ORG
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*** Elvira Cuadra advierte que la región vive una crisis democrática en dos dimensiones: concentración de poder institucional y construcción de ciudadanía, con juventudes y mujeres como claves del futuro. 

Veinticinco años después de la firma de acuerdos de paz en países como El Salvador, Nicaragua y Honduras, la realidad centroamericana es “bien distinta” a las promesas de paz, democracia y desarrollo que marcaron el inicio de los años 90. Así lo advirtió Elvira Cuadra, socióloga y directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), en un análisis certero sobre la situación regional presentado en el foro “De camino a la Cumbre Iberoamericana: Democracia y desarrollo: retos en Centroamérica”. 

Cuadra señaló que la región sigue siendo “postconflicto”, una condición que nunca fue abordada en su complejidad. Hoy, los desafíos democráticos se manifiestan en dos dimensiones críticas: el orden político institucional (gobernanza) y la construcción de ciudadanía. Para la experta, “la democracia no puede prosperar sin un profundo proceso de cambio y transformación social que aborde las demandas de desigualdad y la baja resiliencia social”. 

Autoritarismos renovados y concentración de poder 

La directora de CETCAM identificó cinco rasgos que caracterizan el resurgimiento de élites y autoritarismos en la región. El primero y más alarmante es la concentración del poder en figuras presidenciales, particularmente visible en Nicaragua y El Salvador, donde se han realizado cambios concretos en los marcos jurídicos e institucionales para centralizar las decisiones en las presidencias. 

Este fenómeno va acompañado del debilitamiento y anulación de la independencia de los otros poderes del Estado. Aunque en otros países centroamericanos se manifiestan como “fuertes tensiones por el control y la subordinación entre poderes”, la tendencia regional apunta hacia la erosión de los contrapesos institucionales. 

Cuadra también advirtió sobre “la corrupción a los más altos niveles y sus nexos con el crimen organizado, que ya está influyendo en la política, incluso mediante el financiamiento de campañas electorales”. A esto se suma el militarismo, con un nuevo protagonismo de las fuerzas armadas y aparatos policiales presentados como solución a la violencia e inseguridad, desde estados de excepción hasta la imposición de un estado policial que persigue disidentes. 

Finalmente, estos regímenes se caracterizan por “las restricciones a los derechos humanos y ciudadanos, incluyendo la persecución a la prensa independiente y a las personas defensoras de derechos”. 

Juventudes y mujeres: actores clave para el cambio 

La segunda dimensión del desafío democrático identificada por Cuadra recae en la ciudadanía, personas que se encuentran “despojadas de derecho”. Paradójicamente, frente a este contexto, la socióloga observó una tendencia hacia la preferencia por órdenes autoritarios, en búsqueda de una “seguridad ontológica”. Sin embargo, destacó un elemento de optimismo: la población sigue creyendo en los procesos electorales como mecanismo de cambio y se observa la emergencia de nuevos partidos y actores políticos. 

En materia de desarrollo, Cuadra subrayó que “el modelo económico importa” y que la región necesita enfocarse en “la desigualdad y la baja resiliencia social para enfrentar cambios cotidianos, como el cambio climático o las transformaciones geopolíticas”. 

La experta destacó dos grupos poblacionales históricamente relegados pero fundamentales para el futuro regional. Las juventudes, uno de los segmentos más grandes, “poseen la posibilidad del cambio y del futuro para la región”. Contrario a percepciones negativas, los jóvenes “no son apáticos, sino que están muy críticos de la forma tradicional de hacer política y están dándole forma a nuevas prácticas políticas”. 

Las mujeres, que representan la mitad de la población y “aportan a la región”, ven su trabajo y contribuciones usualmente “fuera de los análisis y propuestas”. Para Cuadra, “hablar de juventudes y mujeres es indispensable para el desarrollo de Centroamérica”. 

La directora de CETCAM concluyó su intervención alertando sobre el cierre de la “válvula de escape” de la migración debido a disposiciones de Estados Unidos, lo que podría generar “una región mucho más compleja al no liberar el descontento y las dificultades económicas”. Los desafíos persisten en ambas dimensiones: el orden político institucional y la urgente construcción de una ciudadanía diferente. 

El foro “De camino a la Cumbre Iberoamericana: Democracia y desarrollo: retos en Centroamérica” fue organizado por la Fundación Carolina y la iniciativa centroamericana Red IICA. 

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