La más reciente edición del boletín Perspectivas del CETCAM examina la acelerada purga del sandinismo histórico en Nicaragua, los efectos de la aprobación de la Ley de Territorio Fronterizo (Ley 1258), de naturaleza confiscatoria en los municipios y, a su vez analiza el panorama electoral centroamericano que evidencia las tensiones entre fuerzas autoritarias y democráticas en la región.
Las recientes detenciones de figuras emblemáticas como Bayardo Arce, uno de los nueve comandantes de la revolución de los años 80, evidencian «una acelerada antropofagia política». El símil es preciso: «Las purgas que se están produciendo en el círculo cercano de los Ortega-Murillo, para muchos evocan el conocido relato mitológico de Saturno, el dios que devoraba a sus hijos para evitar que lo destronaran».
Según el análisis de Perspectivas, «la antropofagia política del régimen no es reciente, inició al menos en el 2021, ha tenido varios momentos, algunos con picos bastante agudos y se ha acelerado en la medida que se acerca el momento de la sucesión dinástica». Las redadas han alcanzado desde empresarios cercanos al régimen como Leonardo Torres, hasta magistrados de la Corte Suprema de Justicia y, más recientemente, a comandantes históricos como el propio Humberto Ortega, hermano de Daniel.
Voces locales: la confiscación de las fronteras
En el ámbito local, la aprobación de la Ley de Territorio Fronterizo representa otro giro autoritario del régimen. Esta normativa amplía la franja fronteriza hasta 15 kilómetros en poder total del Estado, afectando directamente «las poblaciones de 27 municipios y los valiosos recursos que se encuentran en esos territorios como extensos cultivos, ganadería, áreas protegidas, comunidades indígenas».
«Entre los pobladores que se encuentran dentro de las franjas fronterizas afectadas hay mucho temor e incertidumbre, pues no saben si sus propiedades van a ser confiscadas o si los van a expulsar», revela CETCAM. La ley, de naturaleza confiscatoria, representa «un retroceso sustantivo del régimen municipal en Nicaragua» y contraviene instrumentos jurídicos fundamentales como el estatuto de autonomía de las regiones autónomas de la costa caribe del país.
Centroamérica: el desafío electoral regional
Mientras Nicaragua se hunde en el autoritarismo dinástico, el resto de Centroamérica enfrenta sus propios desafíos democráticos. Honduras abrirá el ciclo electoral en noviembre de 2025, aunque «existen serios cuestionamientos sobre la legitimidad de ese proceso electoral» tras las irregularidades registradas en las primarias de marzo.
Costa Rica, «el país más estable y democrático de la región», celebrará elecciones en febrero de 2026 con más de 20 partidos en competencia. Sin embargo, el país enfrenta «creciente conflicto y las tensiones entre la presidencia y los otros poderes del Estado», mientras la ciudadanía se preocupa por la violencia, la crisis económica y la corrupción.

El 2027 será crucial: El Salvador, Guatemala y Nicaragua tienen programadas elecciones presidenciales. Bukele ha allanado su reelección indefinida, Guatemala enfrentará el retorno de fuerzas conservadoras, mientras que en Nicaragua «las esperanzas de que se puedan efectuar comicios competitivos y transparentes son muy bajas», destaca el boletín en su edición 184.
Para CETCAM estos escenarios reflejan las tensiones fundamentales de la región: «los desafíos entre las fuerzas autoritarias que tratan de imponerse y las democráticas que procuran un cambio para la región».